El camino de tierra, que serpentea por la ladera norte y también por la ladera sur del Valle del Río Limarí, recoge pueblos centenarios, que brotan cada cierto tramo recorrido, con la frecuencia con que eran necesarios el hospedaje y la pernoctación, en aquellas épocas en que el transito se hacía a caballo o en carretas rudimentarias.
Esquina de calles Federico Alfonso con Arturo Villalón, en Pueblo Cerrillos de Tamaya. |
Carreta en el camino entre los pueblos de Trapiche y Latorre. |
Aunque hoy algunos sectores están pavimentados, las tradiciones rurales se mantienen en Trapiche, Latorre, Las Sossas, Cerrillos de Tamaya, Barraza, Tabalí, San Julián…, algunas de las cientos de localidades rurales de
Durante el recorrido rural no es extraño ver majadas de ganado caprino, fuente de mantención para centenares de familias de la zona, mediante el uso del cuero, la leche, la carne –cabrito asado- y, especialmente, de la elaboración del queso de cabra, inigualable asado a las brasas, junto a un vaso de vino tinto.
Huaso a caballo en el Pueblo de Las Sossas. |
Correo rural en Pueblo de Latorre. |
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